No hay nada más auténtico que un fuerte vínculo. De esos que no se pueden romper, aunque se intente….
E igual que las personas los perros también pueden tener fuertes vínculos entre ellos. La lealtad que el mejor amigo del hombre muestra a sus semejantes es increíble.
Muchas veces hay que pensar – que un perro haría todo lo que fuera por aquellos a los que quiere. Y estos dos amigos no son una excepción.
Se trata de dos perros, Merrill y Taco. Son los mejores amigos y no dudan en mostrar su amistad. Muchos los considerarían completamente diferentes ya que Merrill es un pitbull de tres años y Taco es un chihuahua de ocho años. Tanto el tamaño como la diferencia de edad hacen que su amistad sea aún más especial, donde la lealtad va por delante.
Se conocieron por primera vez en el refugio de Rocket Dog Rescue. Una organización sin ánimo de lucro creó este refugio con la intención de acoger y salvar a los perros abandonados y sin hogar que no tienen sitio en las casas de acogida para animales ya de por sí saturadas. Su objetivo último es evitar que ningún perro deba dormir sin techo, ni calor solo porque no han sido adoptados y sean considerados insignificantes.
En este refugio se encontraron por primera vez los dos perros, y han vivido juntos muchos años. Allí han superado juntos tiempos difíciles lo que ha fortalecido aún más ese vínculo entre los dos.
La operación de Merrill fue uno de los sucesos más determinantes y reforzó el amor entre los dos perros. Se trataba de una difícil operación de vida o muerte. Taco mostró ya en aquel momento su fuerte lazo de amistad.
Durante toda la operación Taco se negaba a abandonar a su amigo Merrill – y permaneció cerca de él mientras le operaban. Los veterinarios no pudieron impedirlo y se vieron obligados a permitir al pequeño chihuahua estar cerca de su amigo.
Después le tocó a Merrill mostrar su lealtad.
Cuando un desconocido vino al refugio para adoptar un perro se interesó de inmediato por Merrill. Pero los problemas surgieron cuando el hombre decidió adoptarlo y volvió al refugio para recogerle.
Merrill no quería dejar a Taco.
Se hicieron los dos un ovillo y comenzaron a llorar con intensidad. Por suerte el desconocido se dio cuenta de la fuerte amistad entre los dos perros – y decidió adoptar a los dos juntos.