Sacrificar una mascota es una decisión extremadamente difícil que no debe tomarse a la ligera. Cuando le llegó el momento a Maria Henry Gay y la perra de su familia, Buffy, esta mamá supo que tenía que incluir a su hijo, Robbie, en la decisión.
Gay compartió en Facebook el momento es que tenía programada la limpieza y extracción de los dientes de Buffy. El veterinario tenía un «presentimiento» y quería revisar algunos análisis de laboratorio antes de anestesiar a Buffy.
Por desgracia el veterinario tenía razón. Buffy tenía signos de insuficiencia renal avanzada.
«… decidimos que lo más amable y compasivo era dejarla marchar antes de que ella perdiera las ganas de vivir y dejara de comer y beber», escribió Gay en Facebook .
Sacrificar a un animal puede ser una experiencia traumática, y Gay no quiso dejar a su hijo fuera de esta decisión, ni quiso dejarlo atrás cuando se despidieron de ella.
Robbie sostuvo a Buffy cuando la durmieron para siempre, algo que le pidió a su madre que hiciera.
De camino a casa compartió unas sabias palabras con su madre
«Sé como uno se siente cuando no es querido o cuidado por eso no quiero que ninguno de mis animales sientan esto mismo. Nos entristece solo a nosotros cuando se van al cielo. Pero para ellos es un día alegre».
Robbie, a quien Gay adoptó mediante el sistema de cuidados de crianza tras años de «abuso y negligencia severa», tranquilizó el corazón de su madre y afianzó aún más la creencia de que su hijo era «el mejor».
Como la familia de Robbie adopta perros mayores, no hay duda de que él y su familia pasarán de nuevo por un dolor parecido. Pero como Robbie le recordó a su madre, el tiempo que has conocido a alguien no influye en cuánto lo amas.
Cuando le pregunta que lo explique Robbie añade: «Bueno, vosotros solo me conoces desde hace dos años pero me queréis como si lo hicierais de toda la vida».
Bendiciones para este lindo niño y su familia. Comparte esta emotiva historia en Facebook.