Es curioso pero suele pasar que aquellos que menos tienen son los que están más dispuestos a dar.
Tal vez porque saben valorar la ayuda más que nadie. Y al fin y al cabo, lo importante no es lo que tengamos en nuestra cuenta bancaria sino lo que tengamos en nuestros corazones.
La semana pasada Angel Janes iba de camino a casa en Salt Lake city. En su camino vio de repente a un mendigo. Colgado a su cuello llevaba un cartel en el que pedía unas monedas o un trabajo.
Angel paró su vehículo para ofrecerle al hombre lo que llevaba: un cigarrillo. Cuando se acercó vio que el hombre sostenía algo en sus brazos, envuelto en una manta.
Resultó ser un cachorro, el hombre intentaba proteger al perrito del frío con ayuda de la manta y el calor de su cuerpo.
El hombre le dijo que se llamaba Ron. Le contó que había visto cómo una mujer tiraba al pequeño chihuahua desde su automóvil, solo dos horas antes. El mendigo le preguntó a Angel si podía ayudarle a darle al perrito un hogar.
«Solo ese momento que nos vimos, esta generosa persona fue una inspiración», cuenta Janes a Dodo.
Angel no podía hacerse cargo del perro pero hizo una publicación en Facebook pidiendo ayuda para encontrarle un hogar al cachorro. Una mujer, llamada Kathleen Dallmann, compartió la publicación en un grupo de amantes de los animales.
Y desde ahí, todo fue muy rápido, solo unos minutos después llegó un mensaje de una mujer que iba ya en camino a recoger al perrito.
«Le ofreció a Ron algo de dinero para mostrale su agradecimiento», cuenta Kathleen Dahlmann. «Pero él no quiso aceptarlo, solo quería hacer lo correcto. Pero ella insistió en que lo cogiese».
En ese preciso momento Ron demostró que realmente solo quería ayudar.
«Él lloró de alegría cuando vio que había ayudado al cachorro a conseguir un hogar. Él sabe muy bien lo que es ser mendigo y no quería que el perrito tuviese que vivir en la calle como él».
La mujer se ofreció a hacerse cargo del perro hasta que le encontrase un hogar. Y la ayuda no tardaría mucho, poco después Chasity Guyer, y su hija, decidieron adoptar al perro. Le pusieron de nombre Lucky Louie.
Pero la historia no termina ahí.
Después de lo ocurrido, Kathleen Dallmann no pudo dejar de pensar en Ron, y decidió que el héroe merecía ser honrado, y no solo con palabras cálidas. Así que comenzó una colecta por internet y pronto comenzó a llegar el dinero.
«Él rompió a llorar. No podía creer que la sociedad hiciese eso por él, y directamente quiso dar parte de lo recolectado para el perrito, pero yo le dije que era solo para él».
Según la mujer, Ron usó el dinero para pagar una habitación para dormir esa noche y comprar un teléfono. Se han prometido mantener el contacto y Kathleen espera que Ron vuelva a ponerse en pie con ayuda de un trabajo.
Hasta ahora han conseguido unos 3.000 dólares, una buena cantidad para que no tenga que vivir en la calle por un tiempo y pueda iniciar una nueva vida.
Todos nos merecemos una segunda oportunidad en la vida, especialmente personas como Ron, que está dispuesto a ayudar a otros incluso aunque su vida sea muy dura. Honremos a esta generosa persona compartiendo su historia, quizá su ejemplo pueda inspirar a otros.