Recuerdo perfectamente cuando tuvimos que enterrar a nuestra perra Curry. Tenía un tumor en los pulmones y la enfermedad se la llevó pronto.
Solo unas horas después de dejarla en el veterinario nos llamaron para decirnos que no había nada que hacer. Tenía dificultad para respirar y lo mejor era dejarla dormir para siempre. No recuerdo haber estado tan triste en toda mi vida.
No quería sacrificarla, pero no teníamos elección. La enterramos en el jardín cerca de nuestro anterior perro.
Me costó varios años quitarme la tristeza y tener un nuevo perro, porque sentía que no quería reemplazar a Curry.
Era el año 1990, Viola, Glenn y su familia sufrieron una tragedia. Su Jack Russell Terrier, Mugsy, de cuatro años de edad, fue atropellado. Glenn llegó rápidamente a la escena del accidente, pero ya era tarde y Mugsy murió en sus brazos.
Su dueño, Glenn, recuerda todavía cada terrible minuto con detalle.
Mientras la dueña, Viola, estaba en el trabajo, él estaba fuera en el jardín y jugaba con los niños. De repente se dio cuenta de que Mugsy no estaba y al rato oyó un terrible ruido.
”El perro estaba lejos de la entrada y yo me encontraba fuera, donde teníamos la ropa tendida. Entonces le oí gritar y salí corriendo. Y me lo encontré arrastrándose y completamente lleno de sangre», cuenta Glenn en el programa de Oprah Winfrey.
No se pudo salvar la vida de Mugsys. No respiraba y su corazón había dejado de latir.
Y allí mismo el pobre perro murió en los brazos de su dueño.
Como Glenn no quería que los chicos vieran a su amado perro muerto, les dijo que se metieran en casa de inmediato.
Le enterraron en el jardín
El dueño se fue a la parte de atrás del jardín e hizo un pequeño hoyo donde enterró a Mugsy.
”Estaba destrozado. Lo enterré rápido y no les dije nada a los niños. No tenía la valentía de contarles nada antes de las siete de la tarde. Mugsy ya estaba muerto.” dice Glenn.
Por la noche, cuando Viola hubo llegado y los niños supieron lo que había pasado, organizaron una pequeña ceremonia de enterramiento.
La hija leyó un poema y toda la familia pudo despedirse de él. Luego la familia se acostó.
Pero a las seis y media de la mañana ocurrió algo extraño.
«Me desperté porque alguien arañaba la puerta. Me levanté, abrí la puerta trasera y levanté las persianas», cuenta Glenn en el programa de Oprah Winfrey.
Glenn no podía creer lo que veían sus ojos.
Era, como se dice, un auténtico milagro.
Porque quien estaba fuera moviendo la cola era Mugsy.
Viola estaba convencida de que Glenn había enterrado a otro perro y que no era Mugsy quién estaba muerto.
Y entonces fueron fuera a mirar la tumba…y entonces vieron que la tierra estaba totalmente removida y dentro no había ningún perro.
¿Cómo era posible que Mugsy se hubiera recuperado y salido por sí mismo de debajo de la tierra?
En el programa de Oprah Winfrey se descubrió la respuesta.
”El veterinario dijo que posiblemente se había desenterrado él mismo transcurridos seis horas. Su pulso habría sido muy lento y débil y no se percibía apenas, era como si estuviera muerto. El perro no tenía ningún otro signo claro de vida», dijo Viola:
”Posiblemente se durmió hasta las seis y media de la mañana, pasadas apenas seis horas, y se desenterró él mismo».
¡Mugsy se encuentra perfectamente!
Cuando invitaron a la familia al programa de Oprah Winfrey , llevaron consigo al perro que estaba tan feliz como siempre.
Puedes ver la entrevista en el siguiente vídeo (en inglés):
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