Las personas y los animales tienen un vínculo muy fuerte, incluso si se debe ser precavido cuando se trata de animales salvajes. De una parte porque no se sabe como éstos van a reaccionar y de otra porque uno no quiere destrozar los instintos naturales de los animales.
Pero en ciertos casos uno debe ayudar, cuando esa ayuda marca la diferencia entre la vida y la muerte. Y esto precisamente lo que pasó en esta historia.
Un día Brantly Harrison y su familia encontraron una ardilla de cuatro semanas que estaba a punto de morir tras ser atacada por un búho. Nunca hubieran creído que se iba a crear un vínculo de por vida con esta pequeña ardilla hembra.
En el año 2009 Brantly se encontró una pequeña ardilla que había sido atacada por un búho. La familia se llevó la ardilla a casa y le ofrecieron cuidados y alimento. Y mientras estuvo en casa la pusieron el nombre Bella.
En poco tiempo se encariñaron con esta pequeña criatura.
Cuando Bella se curó, la dejaron libre y la devolvieron a su hábitat natural, cuenta el periódico británico Metro.
Unos años más tarde la familia recibió una visita
La familia pensó que nunca más volvería a ver a Bella pero pasados unos años oyeron unos ruidos en la ventana y era ella.
La pequeña ardilla había crecido, pero no se había olvidado de la familia que un día le salvó la vida.
Bella siguió visitando de manera regular el jardín de la familia. Brantly y su familia la consideraban como parte de su familia.
No entendían lo que la ardilla quería
No fue hasta hace unos años que Bella comenzó a golpear la ventana. Era como si quisiera decir algo pero no podía expresarlo.
Muy pronto la familia se dio cuenta de que Bella se había lesionado el pie, y la cuidaron de nuevo dándole antibióticos y colocándola en una confortable cajita hasta que se recuperase.
Y fue entonces cuando se dieron cuenta de que Bella quería decirles algo. A su lado en la caja, aparecieron tres crías de ardilla, Bella quería obviamente que ellos también fueran parte de la familia.
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