Si sigues las últimas tendencias, probablemente hayas oído hablar de las lámparas de sal del Himalaya. Esta exitosa pieza decorativa son un gran trozo de sal de roca extraída del Himalaya, con una luz en el interior. Sus defensores afirman que la lámpara tiene beneficios para la salud, además de ser muy bonita.
Pero si te encantan estas lámparas, hay algo importante que debes saber, como lo explica una publicación viral reciente en Facebook.
La advertencia fue publicada por el hospital Rose Avenue Vet en Nueva New South Wales, Australia, quien compartió una historia escrita por una mujer llamada Maddie Smith de Nueva Zelanda.
Maddie recordó una experiencia aterradora que tuvo con su gata, Ruby. Una mañana, en junio, Maddie descubrió que Ruby actuaba de forma extraña: «Ruby [estaba] caminando realmente de forma extraña y tenía su cabeza en una posición extraña mientras se movía».
Sospechaba que la gata había cogido frío, pero cuando la condición de Ruby empeoró, Maddie la llevó al veterinario. Los doctores encontraron al gato en unas condiciones extremas, sus sentidos básicos habían desaparecieron por completo.
«Los veterinarios estaban extremadamente preocupados por ella y constataron que definitivamente el animal tenía problemas neurológicos», escribió Maddie. «Ella no podía caminar bien, no podía oír ni ver, ni siquiera podía comer o beber adecuadamente porque no podía utilizar de forma correcta su lengua».
Fue impactante ver al gato deteriorarse en solo 12 horas. Un análisis de sangre determinó la explicación. Ruby tenía un nivel extremadamente alto de sodio en su sangre. La intoxicación por sal hizo que su cerebro se hinchara, causando los problemas neurológicos que estaba experimentando.
La fuente del envenenamiento: la lámpara de sal del Himalaya de Maddie. Ruby había adquirido el hábito de lamerla.
«Este hecho suele ser más común en los perros, así que fue un gran shock, porque era la primera vez que lo habían detectado en un gato», escribe Maddie. «El envenenamiento por sal es EXTREMADAMENTE mortal para los animales y es un milagro que todavía siga con vida».
Maddie explica que si las mascotas prueban la lámpara de sal, se vuelven adictas y siguen chupando («al igual que las patatas fritas son una adicción para nosotros», escribe Maddie), por ello representan un grave peligro.
La buena noticia es que Ruby se recuperará pronto con una nutrición e hidratación adecuadas. Maddie dice que guardará la lámpara de sal del Himalaya.
Pero viendo el rápido deterioro de Ruby, es fácil imaginar cómo las cosas podrían haber sido diferentes. Maddie quiere ayudar a evitar que otros dueños de mascotas sufran lo mismo.
Con suerte, esta importante publicación puede informar a otras personas sobre lo letal de estas lámparas si se ingiere la sal», escribe Maddie.
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