Jimmy tiene 85 años y vive en Puerto Rico. El ama a su esposa con todo su corazón y además es un amante de los animales.
Así que cuando la esposa le pidió que echara a la gata callejera que se había quedado a vivir en el cobertizo de la pareja no sabía bien qué hacer. ¿Iba a dejar a la gata vivir ahí y enfadar a su esposa? ¿O iba espantar a la gata aunque le deba tanto pesar de ella?
Afortunadamente se le ocurrió una solución que era buena para todos.
Este es Jimmy. Él es una muy buena persona que no quiere que nadie sufra.
Cuando una gata callejera se quedó a vivir en su cobertizo él la recibió con los brazos abiertos. Su esposa no estaba tan convencida y contenta, ella quería tener un jardín sin gatos.
«A mi abuelo le encantan los gatos y él acostumbraba a dejarles comida atrás de la casa, cerca del cobertizo. Eso es un sitio donde mi abuelita casi nunca va», le cuenta su nieta Syl a The Dodo. «Justamente esta gata se encariño con mi abuelo.»
La gata estaba embarazada
Resulta que la gata estaba embarazada y después de unas semanas tuvo crías en el cobertizo. Jimmy se enamoró de los bebés gatos, pero su esposa no estaba tan encantada con la familia de los gatos – o bueno, ella ni sabía que existían.
Jimmy, que obviamente ama a su esposa mucho, no le contó nada sobre los gatitos.
La crías crecieron en el cobertizo y Jiimmy siempre se encargaba de que hubiera comida para toda la familia.
Descubrió su secreto
Aunque Jimmy era muy discreto no podía mantener los gatos secretos toda la vida.
Tres semanas después de que nacieran los gatitos la esposa descubrió el secreto de Jimmy. Ella seguramente no se puso muy contenta de que Jimmy no le había contado nada. Pero ella igual dijo que estaba bien si los cachorros se quedaban ahí hasta que estuvieran lo suficientemente grandes para poder ser adoptados.
¿Porque quién le puede decir no a esta tierna carita?
Aunque Jimmy lo había hecho detrás de su espalda ella no podía hacer más que amarlo. Todo lo que él quería hacer era ayudarle a una familia que lo necesitaba.
Y uno tiene que cuidar muy bien a una persona con un corazón tan grande.
Yo quedé supremamente feliz con etsa historia. Al mismo tiempo me pongo triste cuando pienso en la cantidad de gatos callejeros que hay por allá afuera y que necesitan ayuda.
¡Si vas a comprar un gato, considera adoptarlo de un refugio. Hay tantos gatos que necesitan un hogar amoroso!