Me molesta cada vez que veo a personas que son realmente incapaces de cuidar a los animales.
Y esto mismo sintió Lourens van Wyk cuando vio una bolsa que se movía, al lado de un ferrocarril en Sudáfrica.
Este sacerdote jubilado se acercó a la bolsa y miró dentro – y descubrió algo que le dejó absolutamente congelado.
Cuando Lourens van Wyk se sentó en su auto no tenía ni idea de lo que iba a ocurrir unos minutos más tarde.
En una carretera regular por la cual Lourens conducía a menudo cerca de la vía del tren, éste vio una gran bolsa de basura negra. Pero había algo que le llamó la atención. La bolsa se movía.
Se encontró un cachorro
Lourens paró el auto y se acercó a la bolsa de basura. Cuando la abrió para ver lo que había dentro se llevó el shock de su vida.
En la bolsa se encontraba un cachorro, pero su estado era lamentable. Alguien le había maltratado y le había atado con cuerdas de zapatos. Apenas podía respirar, y no podía ladrar pidiendo la ayuda que tan desesperadamente necesitaba.
Lourens se dio cuenta que debía buscar ayuda de inmediato. Tomó al cachorro a quién llamó Trax y lo llevó a una clínica veterinaria lo más rápidamente posible.
El sacerdote jubilado sabía de una organización local de ayuda a los animales donde Trax podría recibir la ayuda que necesitaba y la asistencia médica precisa. Al igual que Lourens nos parece terrible que alguien le pueda hacer algo tan terrible a un pequeño cachorro.
El perro había sido maltratado
Louren no quería cometer ningún error. Traz estaba atado con cordones de zapatos. A Louren le llevó varios minutos llevarle al veterinario, donde finalmente le liberarían de esa tortura.
Trax recibió un chequeo médico y el veterinario constató que el perro había sido maltratado por alguien que no apreciaba nada a los animales.Trax también había tenido sarna, pero el veterinario y los voluntarios hicieron todo lo que pudieron para ayudar al perrito.
Le dieron todo el amor posible durante el tiempo que pasó con ellos y pronto comenzó a relucir como el sol.
Trax se dio cuenta que estaba en un sitio seguro y devolvió el amor recibido a todas esas personas que le dieron una segunda oportunidad en la vida.
Un final feliz
Tras varias semanas de mucho amor, buena comida, descanso y juego, Trax se recuperó y se pudo comenzar a tramitar su adopción. Han pasado tres años del terrible incidente pero los voluntarios de la organización siempre han tenido un cuidado especial para su adorado cachorro.
Hoy en día vive la vida que todos los perros y los animales se merecen. Rodeado de gente que le quiere, lejos queda ya el terrible incidente que tuvo que sufrir antes de que le encontraran cerca de las vías del tren.