Se piensa mucho en lo que respecta al duelo del ser humano, pero los animales también se afligen y sufren. Los perros, que son animales leales hasta el final, muestran muchos signos de duelo tras perder a sus dueños y amigos peludos.
Pero en el caso de un perro llamado Gunner parece que sabía que el final de su querido dueño estaba cerca y no podía afrontar una vida sin él.
El bombero de Wisconsin Daniel Hove comenzó su carrera en las Fuerzas Aéreas y después siguió sacrificando su vida por los demás al servicio de su comunidad de Burnsville, en los Estados Unidos.
«Era alguien en quien su departamento realmente confiaba para innovar, educar, entrenar y mantenerse al día con la nueva técnica de extinción de incendios», dijo su hija Heather Nicoletti, según Kare 11 News.
Pero el heroico bombero y veterano se vio frenado en seco después de que le diagnosticaran un cáncer de páncreas en 2011 y se viera obligado a retirarse en 2012.
Heather, su hija, dijo que su padre aguantó sesiones y sesiones de quimioterapia.
Durante 8 años, el subjefe de bomberos jubilado Hove estuvo rodeado de sus seres queridos mientras se enfrentaba a la mayor batalla de su vida. Pero hubo, sobre todo, un miembro de la familia que nunca se apartó de su lado: su labrador Gunner, de 11 años.
‘Sabíamos que se acercaba el momento’
El abnegado perro, que quería estar donde estuviera Daniel, también empezó a enfermar poco después de que diagnosticaran a su dueño.
«Cuando mi padre se agitaba, el perro se agitaba, si mi padre estaba inquieto, el perro estaba inquieto», contó Heather. «Mi padre no respondía, el perro no respondía. Así que una vez que vimos cómo estaba el perro -ya no se movía mucho, no estaba bien- lo supimos, llegaba el momento.»
Heather dijo que un día miró a Gunner y supo que el final estaba cerca y lo llevó rápidamente a la clínica veterinaria, donde trabajaba. Allí el personal puso a Gunner a dormir para siempre y una hora y media después su padre también murió.
«Había dicho, no sé qué va a ser más traumático para él: llevarlo para dormirlo… para acabar con su sufrimiento, o dejarlo vivir mientras papá se muere. Creo que de cualquier manera eso lo iba a matar», añade Heather.
«Sabíamos que se iban a ir junto, pero no nos podíamos imaginar que sería con solo unas horas de diferencia».
Es al menos reconfortante saber que estos dos nunca tuvieron que despedirse el uno del otro. Descansen en paz Jefe de bomberos Hove y su fiel perro Gunner.
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