Hay muchas razones por las que un animal es llevado a un refugio pero, sea la que sea, son demasiados los animales que son abandonados, dejados en manos de extraños, confundidos y asustados.
Un abuelo llevó su perrita al veterinario y le pidió que la durmiera para siempre porque ya no la quería.
Este abuelo abandonó a su perra en el veterinario en presencia de su nieta y dijo sin miramientos: «Ya no nos gusta. Nos gustan más otros perros».
Gracias a Dios, el veterinario no tuvo la sangre fría de llevar a cabo los planes del hombre y se lanzó al teléfono para llamar una animalista que lo dejó todo para ayudar a la perrita.
Melissa dirige el refugio Old Dog Home en Conyers, Georgia, y rescata perros que tienen más de 7 años de la zona de Atlanta, y cuida de ellos física y emocionalmente hasta que encuentran una familia, según cuenta en su página web.
Un día recibió una llamada urgente de la clínica veterinaria avisando sobre lo que estaba pasando con esta perrita y, a pesar de tener su refugio al completo, se ofreció a ayudar.
Una perrita increíblemente dulce
«Había un hombre que había llevado a su perra viejecita para sacrificarla porque ya no la quería. La perra era increíblemente dulce y parecía estar en perfecto estado de salud. El personal de la clínica no tuvo la sangre fría de sacrificarla. ¿Podíamos nosotros encargarnos de ella?», escribió Melissa en un post de Facebook.
Melissa estaba a tope de trabajo, dos de sus perros iban a ser operados pero aún así no podía dejar de ayudar.
Tenía que ir a ver a la perrita, y le partió el corazón ver cuánta ayuda necesitaba, y le fue difícil contener las lágrimas cuando escuchó su historia.
El señor que abandonó a la perrita, a la que después llamaron Holly, y tiene entre 10 y 12 años, dijo que la perra tenía muchos accidentes y «ya no la queremos».
«Está muy sucia, su cabello está grasiento y se le está cayendo. Sus ojos están pegajosos y están entrecerrando. Mueve y mueve la cola. Hablé con el veterinario que la examinó. Tiene una infección por hongos, probablemente por eso está teniendo accidentes», escribió Melissa después de examinar a la perra.
«La nieta me miró y se encogió de hombros: ‘Simplemente no nos gusta. Nos gustan más nuestros otros perros’. Mientras tanto, la perra estaba ahí, moviendo y moviendo la cola», escribió Melissa.
Envuelta en mantas y acurrucada
Melissa vio la necesidad e inmediatamente la tomó. Comenzó a trabajar para ayudarle con su salud física y mental, envolviéndola en mantas y acurrucándose con ella. Melissa dijo que Holly no tuvo accidentes mientras estuvo con ella.
«Tiembla y tiembla y tiembla. Está asustada y confundida y no tiene ni idea de lo que está sucediendo. No quiere levantarse de la cama. La han abandonado, como un regalo hortera que nadie quiere. Yo la envolví en mantas y la sostuve y me acurruqué con ella. Se relajó un poco. Comenzó a roncar. Le susurré y le prometí que a partir de ahora, siempre sería amada y querida, pase lo que pase», escribió Melissa.
Cuando Holly se cure física y mentalmente, Melissa la ayudará a encontrar un hogar para siempre donde obtendrá el amor y la atención que merece por el resto de su vida.
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